Más de un centenar de jóvenes de toda España participaron el sábado 10 de mayo en la gran final de ASTI Robotics Challenge, el torneo de robótica educativa más importante del país en su categoría, que organiza la Fundación ASTI en colaboración con el Ayuntamiento de Burgos.
Pero ASTI Robotics Challenge es ante todo un programa educativo. Desarrollado a lo largo del curso, propone a chicos y chicas de todo el país -estudiantes de 3º y 4º de ESO, Bachillerato, FP básica, media y superior y universitarios- la gestión integral de un proyecto real de robótica. Así, deben construir un robot que sea capaz de superar una serie de pruebas, pero, además, deben atender a todos los aspectos que implica un proyecto, como la financiación y planificación.
El fracaso como parte del éxito
Dividido en dos categorías, ASTI Robotics Challenge lleva a los participantes a familiarizarse con los aspectos netamente técnicos de la robótica, como la programación o la mecánica, sin dejar de lado otras habilidades: resiliencia, comunicación o trabajo en equipo. “Creo que la clave es el enorme aprendizaje que se llevan los jóvenes por el simple hecho de participar en el programa”, explica a Innovaspain Verónica Pascual, presidenta de la Fundación ASTI. “Si no hay coherencia en los diferentes aspectos que han de trabajar, el robot no funcionará o no responderá como desean. Tienen que afrontar múltiples fracasos hasta que el robot funcione y pueda resolver los retos que planteamos”, añade.
Pascual apunta que ASTI Robotics Challenge es la “simulación perfecta” de un proyecto real. “Van a toparse con todas las dificultades presentes en el desempeño profesional: presupuestos, plazos, fallos inesperados… Supone un ejercicio de resiliencia muy importante. Los chicos y chicas lo viven como una aventura que además engancha. Son muchos los que repiten año tras año”.
Ganar velocidad
Desde hace 9 años, la Fundación ASTI combate la carencia de perfiles STEM. En la organización opinan que vivimos un momento en el que este talento goza de una demanda excepcional y resulta crítico para mantener la competitividad de nuestras empresas en el futuro. “Creo que es muy complicado esperar que el sistema educativo evolucione al ritmo al que lo hace la tecnología. Esa es la razón de ser de la Fundación ASTI: complementar al sistema; fomentar y desarrollar las competencias STEM y otras competencias cognitivas, como la curiosidad y la perseverancia”, argumenta Verónica Pascual.
La experta detalla que la actividad de la fundación se sustenta sobre dos pilares pedagógicos esenciales. “Se trata de aprender haciendo, es decir, incorporar una componente práctica muy relevante que da sentido a toda la teoría aprendida; y aprender unos de otros, trabajar en equipo con una actitud constructiva”.
Colaboración
En la tarea de ganar agilidad y situarnos al nivel que exige el contexto de la actual revolución tecnológica, Verónica Pascual percibe que la colaboración público-privada es esencial. “Debemos unir ámbitos de fortaleza y trabajar en equipo para así preparar mejor a las siguientes generaciones”. En la Fundación ASTI colaboran con la Junta de Castilla y León; los ayuntamientos de Málaga, Valencia y Burgos, además de las diputaciones de varias provincias.
Pascual rechaza el desarrollo de programas de promoción de las las STEM que funcionen como islas. “Nuestro valor radica en la labor que realizamos aglutinando las necesidades de talento de las empresas y las de la administración de ofrecer una respuesta ante ese déficit. Lo hacemos a través de un ecosistema público-privado donde dialogamos sobre cómo construir el mejor futuro entre todos y proponemos soluciones cuyo impacto es real”.
Verónica Pascual, ejemplo STEM
Ingeniera aeronáutica, CEO de ASTI Mobile Robotis durante 20 años, Verónica Pascual es un referente de mujer STEM tangible y actual. No es necesario consultar un libro de historia para conocer sus proezas, basta charlar con ella. “Existe una brecha de talento STEAM en general”, asegura. “No hay suficientes egresados en estas competencias para lo que demanda la industria, pero es cierto que la situación es especialmente grave en el caso de las mujeres”.
Uno de los programas estrella de la Fundación ASTI es STEM Talent Girl, por el que en los últimos 9 años han pasado más de 8.000 niñas. La iniciativa pone el foco sobre los sesgos vigentes que limitan el potencial de las mujeres. “Sabemos que las chicas juzgan sus capacidades con mucha más dureza que sus compañeros. Además carecen de referentes femeninos en muchas profesiones, sobre todo en las vinculadas a la tecnología. Sienten que necesitan conocer qué aportan a la sociedad las distintas opciones STEM. Por eso, no es casual la alta presencia femenina en la rama sanitaria, algo que no ocurre en determinadas ingenierías donde el propósito no resulta tan evidente”.
Un programa de impacto
STEM Talent Girl proporciona toda esa información, acompañamiento y referentes gracias a una red de 500 mentoras que trabajan de forma voluntaria con la fundación, y de un nutrido grupo de empresas comprometidas “que permiten a las jóvenes atisbar con más claridad su futuro laboral”. Verónica Pascual indica que los datos demuestran que van por el camino correcto. “Programas de alto impacto que, como el nuestro, acompañan a las chicas de manera longitudinal, son capaces de revertir la situación”.
En este sentido, el Observatorio STEM de la Fundación ASTI, presentó el pasado mes de noviembre el estudio ‘Mujer y STEM: qué piensan las jóvenes españolas’, realizado sobre una muestra de más de 800 niñas. El documento comparaba la relación con las STEM de alumnas de ESO y Bachillerato de STEM Talent Girl y de un grupo de control que representa la población general. “Los resultados son rotundos: solo el 3 % de las alumnas de Bachillerato quieren estudiar una ingeniería, pero esa cifra sube al 25 % entre las alumnas de STEM Talent Girl. En ESO, apenas el 3 % pretende estudiar un grado TIC, un 11 % en el caso de STEM Talent Girl. Con lo cual creemos que, efectivamente, hay que abordar los sesgos de manera profunda y a lo largo de todo el itinerario educativo para lograr resultados reales”.
Asti Robotics Challenge 2025
La final en Burgos puso el broche final a una novena edición “histórica”. Participaron más de 500 alumnos y 160 equipos de una veintena de ciudades. Los finalistas estaban integrados en la treintena de equipos que lograron clasificarse en las semifinales celebradas en marzo en Madrid, Málaga, Zaragoza y Valladolid. Todos ellos tuvieron que poner a prueba su robot en pruebas como el tiralatas o el torneo de sumo. Además han tenido que presentar su proyecto ante un jurado compuesto por miembros de destacadas empresas e instituciones de toda España.
Por primera vez, los participantes tuvieron que preparar un reto teórico que aplicara la robótica a la resolución de problemas reales de la sociedad. La temática escogida ha sido Transporte seguro del hidrógeno verde, un asunto en el que la ciudad de Burgos está muy involucrada.
El palmarés
En Categoría 1 (3º y 4º de ESO, Bachillerato y FP Grado Medio):
Premio al Mejor Robot en el Torneo de Sumo: Ojeda Robotics (Palencia).
Premio al Mejor Rendimiento del Torneo: Ojeda Robotics (Palencia).
Premio al Mejor Centro Educativo: IES Vega Prado (Valladolid).
Premio al Mejor Proyecto Robótico: Tuerkas Lokas (Soria).
Premio al Mejor Diseño de Producto: Phoenix_SDJ (Burgos).
En Categoría 2 (FP Grado Superior y universitarios):
Premio al Mejor Proyecto Robótico: Byteme (Valencia).
Premio al Mejor Robot en el Torneo de Sumo: Projectburu (Burgos).
Premio al Mejor Rendimiento del Torneo: Projectburu (Burgos).
Por último, el Premio al Mejor Proyecto Hidrógeno Verde, en el que competían los alumnos de ambas categorías, ha sido para LabTech (Zaragoza).
ASTI Robotics Challenge cuenta el apoyo de empresas como Five-E y Five Bioenergy, que son patrocinadores estratégicos del programa, así como Maxon, Parvalux, Sick, UDIT, Keyland, IFM, Delta Motion o Sinterpack (Xolertic Group).
ASTI Robotics Challenge abrirá las inscripciones para su décima edición a finales de mayo y celebrará la final de su décima edición el 9 de mayo de 2026.