El 17 de mayo se celebra el Día Mundial de Internet al conmemorarse el aniversario de la firma de la primera Convención Telegráfica Internacional y la creación de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), en 1865. Todo ha cambiado exponencialmente desde entonces. Los nuevos avances tecnológicos como la IA, el internet de las cosas, el big data o la posibilidad de tratar los neurodatos, han abierto nuevas oportunidades para el crecimiento de la economía y el bienestar.
Es evidente que un buen uso de estas innovaciones contribuye al progreso de la humanidad, Pero la moneda tiene dos caras. La digitalización masiva acarrea efectos sobre la salud, el neurodesarrollo, los valores éticos o la privacidad. En “Así se somete a una sociedad” (Roca Editorial), Mar España ofrece una guía para mantener el equilibro y nuestra libertades en un mundo “irreversiblemente digital”.
Desde su experiencia como directora de la Agencia Española de Protección de Datos (2015-2025), la autora consigue que el libro funcione como una herramienta con la que cada lector tenga mas fácil la toma de decisiones y liberarse de “la trampa de los algoritmos adictivos”, así como de “tener la mente siempre ocupada, oscilante y atraía hacia el consumo infinito”.
Motivos para reflexionar
Algunos datos evidencian que es hora de preocuparse y cambiar el rumbo. En España se dedica, de media, un 35% de las horas en que estamos despiertos a ver pantallas. A lo largo del día, miramos más a las pantallas que a los ojos de las personas que queremos. Estas acciones, repetidas de forma continuada, producen desregulación emocional y desconexión. Se estima que entre el 10 y el 17 % de la población mundial está afectada por un uso problemático de internet.
¿Cómo darnos cuenta de que hemos traspasado una línea peligrosa? “Vivimos en un mundo digital en el que es normal estar conectados parte del día. Tiene sus ventajas. Al mismo tiempo, ya sabemos que el modelo de la industria de internet, al utilizar patrones adictivos y fomentar mecanismos de recompensa, busca atrapar nuestra atención voluntaria e involuntaria. Pretende que pasemos conectados el mayor tiempo posible. Hay que ser muy fuertes para que nuestra atención sea libre”, explica Mar España a Innovaspain.
La experta tiene identificadas algunas señales que indican que el camino es el equivocado. Encender las pantallas nada más levantarnos, mirar el móvil constantemente, pasar en redes sociales más tiempo del que nos gustaría… Otros efectos nocivos tienen que ver con perder horas de sueño y abandonar hábitos saludables. “La calidad y la presencia de nuestras relaciones disminuye, notamos más ansiedad e insatisfacción. También conviene prestar atención a si optamos por conectarnos cada vez que no sabemos qué hacer”.
Pasar a la acción
“Así se somete a una sociedad” incluye un test para adultos y otros para adolescentes. La idea es auto verificar nuestro grado de dependencia. En el peor de los casos, la partida no está perdida. “Para empezar, es importante tener claro hacia donde queremos dirigir nuestra energía y nuestra atención cada día. Resulta beneficioso agendar momentos de detox digital. Por ejemplo, permanecer desconectados las dos primeras horas de nuestra jornada y las dos últimas, antes de acostarnos. Además, es relevante marcar espacios libres de pantallas en nuestro hogar, como el dormitorio o las comidas y cenas en familia (la mejor manera de dar ejemplo a nuestros hijos), dado que son una oportunidad para conectar con las personas que más queremos. Lo más preciado que podemos regalar es la calidad de nuestra presencia y escucha”.
Si bien en su conjunto el libro disecciona el “profundo impacto” del uso masivo de las pantallas, Mar España pone un foco más intenso sobre las dos etapas más sensibles en el desarrollo: infancia y adolescencia. “Atravesamos un momento estratégico a nivel nacional. El proyecto de Ley de Protección a los Menores en el Mundo Digital está en tramitación en el Congreso. Es importante el consenso político y que sea aprobada por unanimidad”.
Menores bien protegidos
Algunas medidas que incluye la nueva regulación son la ampliación de la edad del consentimiento, y por tanto del acceso a las redes sociales, a los 16 años. Propone además que los dispositivos digitales a la venta en España incorporen por defecto mecanismos de control parental. En esta línea, “Así se somete a una sociedad” valora positivamente la opinión de la asociación ALMA (Adolescencia Libre de Móviles de España). Esta organización demanda un pacto social para que las familias no entreguen smartphones a sus hijos e hijas antes de los 16 años.
Mar España es parte de un comité de expertos creado por el Ministerio de Infancia y Juventud. En un informe reciente, este grupo exponía medidas y pautas de uso útiles para familias y gobiernos a todos los niveles. Considera que es “muy importante” que las Comunidades Autónomas adopten por consenso en la Conferencia Sectorial de Educación y en el Consejo Interterritorial de Salud las medidas que proponen, basadas en la evidencia científica.
Entre las mismas, España destaca algunas ampliadas por la Asociación Española de Pediatría, como la recomendación de cero pantallas en el sistema educativo de 0 a 6 años. “Conviene que en Primaria no obliguen a los menores a hacer los deberes en formato digital. Es una de las etapas de mayor plasticidad cerebral y debe estar garantizado su adecuado neurodesarrollo”.
El futuro
Algunos nos sentimos una suerte de conejillo de Indias en manos de las grandes corporaciones tecnológicas. Víctimas y, a la vez, dependiente de sus ‘fechorías’. Preguntamos a Mar España si las próximas generaciones tendrán más suerte. “Soy de naturaleza positiva. Ahora vemos los efectos de las redes sociales que arrancaron hace 15 años. Dentro de un tiempo, sabremos más acerca de las consecuencias de la IA generativa. Disponemos de evidencia científica acerca del impacto en la salud, la lectoescritura, la ansiedad, al soledad, la depresión los suicidios, las conductas de riesgo por consumo precoz de porno, y un largo etcétera”.
Con toda está información alarmante pero de máxima utilidad, la experta confía en que la Unión Europea seguirá tomando medidas más allá de la regulación. “Hablo de supervisar que las plataformas cumplen requisitos como la verificación de edad”. A nivel nacional y autonómico, insiste en la importancia de que las acciones sean aprobadas por consenso.
En la esfera familiar, “al igual que ponen límites al tabaco, las drogas o el alcohol”, padres y madres han de vigilar el uso de los dispositivos digitales en edades tempranas. “Sin ningún tipo de control en el acceso a los contenidos, tiempos y lugares de uso, serán una puerta abierta a la alteración de la personalidad junto a otros muchos perjuicios”. Mar España opina que las próximas generaciones estarán más protegidas. “Lamentablemente, la generación actual quizá sea la que más esté sufriendo las consecuencias de esta barra digital. De todos nosotros depende ir a mejor”.