En un sector, como el de la moda, en el que la palabra "sostenible" ha perdido parte de su peso real, Agile Seller propone un camino radicalmente distinto: medir, verificar y transformar. Hablamos con su fundadora, Pepa González, para conocer cómo ha sido emprender este camino desde cero y hacia un propósito claro: democratizar la sostenibilidad en la moda.
Tras más de dos décadas en gigantes del retail, con cargos como Product Manager en Inditex y Tendam, fue una mezcla de pandemia y conciencia la que encendió la chispa del emprendimiento en Pepa González, fundadora y CEO de Agile Seller. “Después de la pandemia hubo un boom de marcas pequeñas y yo notaba que el problema era que estas marcas (que son el 86% del sector en España) estaban en una fase complicada para hacer frente a todas las regulaciones que vienen de Europa”, explica la experta.
“A partir de ahí empecé a darle vueltas como podíamos enfocarlo para aportar ese punto de innovación y sostenibilidad, pero sobre todo muy enfocado a estas marcas que no cuentan con un departamento específico de sostenibilidad, que aunque tienen un modelo de producción y de negocio mucho más sostenible, les cuesta mucho acceder a todos esos informes y recursos”, detalla Pepa González.
Evaluación de impacto gratuita
Para dar solución e ese problema, Agile Seller ha creado r-evolución, marca de certificación de la Unión Europea, que se basa “en una plataforma web que el usuario se registra y puede acceder a una evaluación gratuita. Una evaluación de impacto, de 30 preguntas en las que se valoran en qué punto está realmente su marca en cuanto a los principales ítems de la normativa europea”.
Según explica su CEO, la clave de esta plataforma no es solo el diagnóstico. “Recopilamos todos esos datos y los traducimos en soluciones y en gestión de proyectos reales”. Este enfoque ha llevado a la empresa a participar en iniciativas como Resotex, un consorcio transfronterizo entre España y Portugal que apuesta por la economía circular y la identificación de materiales locales de bajo impacto ecológico.
El reto, sin embargo, ha sido grande. González pasó de trabajar con equipos en multinacionales a emprender sola, sin financiación inicial ni estructura estable. “Fue abrumador. Pero construí una red de colaboradores expertos, porque cada proyecto necesita un enfoque distinto. Por eso hablo de ecosistema, no de empresa”. En ese arranque, el papel de Málaga Emprende y ProMálaga fue crucial. “Hice un programa de mentoring que me ayudó muchísimo. Me dio herramientas, pero sobre todo la sensación de que no estaba sola. Además, me ayudaron a estructurar el proyecto con vistas a la certificación de ENISA, y eso fue clave”, explica.
Pepa González, fundadora y CEO de Agile Seller.
Certificación de Enisa
El respaldo de la Empresa Nacional de Innovación (Enisa) supuso un hito en este viaje. Reconoce a Agile Seller como una empresa con alto potencial de crecimiento, base tecnológica y un modelo de negocio innovador enfocado en la sostenibilidad y la transformación digital del sector textil. “Refuerza nuestra misión de digitalizar la sostenibilidad en la moda desde una perspectiva realista y medible. Para una startup de impacto como la nuestra, supone un paso clave para acceder a nuevas oportunidades de financiación, colaboración e internacionalización”, explica la experta.
Como próximos pasos, la compañía quiere evolucionar su plataforma incorporando big data e inteligencia artificial para crear un canal de asistencia a las marcas. “Queremos saber no solo en qué punto está cada marca, sino qué dudas reales tienen”. El futuro también apunta hacia a la ampliación de equipo, “para la parte tecnológica, por supuesto, pero también la parte de negocio, con el foco puesto en instituciones además de marcas”. A día de hoy, Agile Seller trabaja de la mano de instituciones como ProMálaga, Canarias Islas de Moda y otras entidades que permiten escalar su impacto.
La startup también avanza hacia la internacionalización y de hecho ya ha certificado su primera marca portuguesa. Un paso más para esta startup que comenzó como una idea post-pandemia y hoy es un motor de cambio para un sector que necesita con urgencia pasar del discurso a la acción.